Inicio > Alianza Grecia-Chipre-Israel: un nuevo eje en el Mediterráneo Oriental
Desde finales de la década de 2000, las relaciones entre los países occidentales, Israel y Turquía se han tensado por varios motivos. En primer lugar, los avances en las negociaciones para la entrada de Turquía en la UE se han estancado[1]. Además, la cuestión chipriota sigue sin resolverse tras la negativa categórica de Turquía a reconocer a la parte griega y a retirar sus tropas militares de la parte norte (turca) de la isla[2]. Por último, Turquía se vuelca cada vez más en Palestina, lo que lleva a Israel a buscar otros países para asegurar sus intereses nacionales[3].
Como consecuencia de las tensiones regionales, tres países del Mediterráneo oriental -Grecia, Chipre e Israel- han firmado importantes alianzas militares y energéticas[4].
De hecho, en Grecia se han llevado a cabo varios ejercicios aéreos en los que han participado los tres países, entre ellos INIOCHOS en abril de 2021[5]. Sin embargo, los tres países también están preocupados por el suministro de energía[6]. Los yacimientos de gas en aguas chipriotas e israelíes han supuesto una oportunidad única no sólo para asegurar una ruta de suministro alternativa a la de Rusia y Turquía con el gasoducto Turkish Stream, sino también para reducir la dependencia energética de estos dos países mencionados[7]. De hecho, Chipre, Grecia e Israel han firmado recientemente un proyecto de gasoducto (East Med) que uniría los yacimientos de gas del Mediterráneo oriental no sólo con Grecia, sino también con Italia (!)[8]. Además, para mejorar la red eléctrica, los tres países han decidido construir un cable submarino que uniría Israel con Grecia a través de Chipre[9]. Estos proyectos trilaterales han atraído la atención de la Comisión Europea, que los considera beneficiosos para Europa y su suministro de gas y electricidad[10].
Por supuesto, esta alianza y su influencia regional también están sujetas a limitaciones internas y locales. Las tensiones árabe-israelíes y sus consecuencias geopolíticas en la escena internacional han llevado a Grecia y Chipre a mantener contactos separados con algunos países vecinos, como Líbano, Palestina, así como Egipto y Jordania[11]. Sin embargo, los Acuerdos de Abraham, así como el Foro PHILIA y la Cumbre de Pafos, dieron a la Alianza Trilateral la oportunidad de aumentar su red geopolítica en Europa, así como en Oriente Medio (países árabes del Golfo)[12].
Dada su situación geográfica y su potencial como corredor energético mediterráneo este-oeste, la alianza Grecia-Chipre-Israel puede proporcionar a Occidente una nueva herramienta geopolítica, e incluso convertirse en un nuevo actor clave en la escena internacional del Mediterráneo oriental. De hecho, las iniciativas de la alianza no sólo cuentan con el apoyo de Estados miembros de la UE como Francia e Italia, sino que también están atrayendo la atención y el interés del otro lado del Atlántico (Estados Unidos).[13].
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