Inicio > Crisis migratoria en la frontera polaco-bielorrusa: un nuevo frente entre Rusia y Europa
Después de la ruta de los Balcanes, una nueva ruta migratoria hacia Europa Occidental se está convirtiendo en una preocupación: la de Bielorrusia.
Desde el verano de 2021, los guardias fronterizos de Lituania, Letonia y Polonia son testigos de una afluencia cada vez mayor de migrantes que cruzan sus fronteras de forma ilegal[1]. Según las autoridades de los tres Estados miembros de la UE, la mayoría de los migrantes proceden de Oriente Medio (Irak, Siria, Yemen) y del África subsahariana, y llegan a Bielorrusia en avión, ya sea desde Moscú o desde Oriente Medio, a precios que se acercan a los miles de dólares, con la ayuda de las agencias de viajes bielorrusas y de las autoridades emisoras de visados[2].
Los países europeos denuncian estas prácticas como una "guerra híbrida" orquestada por Minsk, cuyo objetivo es desestabilizar la UE. Esto es en respuesta a las sanciones de la UE puestas en marcha después de que las protestas de las elecciones de 2020 fueran reprimidas por la policía, y el secuestro del vuelo Atenas-Vilnius de Ryanair a Minsk en mayo de 2021[3].
Para proteger las fronteras exteriores de la UE y contener estos flujos migratorios, Letonia y Lituania han declarado el estado de emergencia y han comenzado a construir muros a lo largo de sus fronteras con Bielorrusia[4]. En cuanto a Polonia, además del estado de emergencia declarado en todos los municipios fronterizos con Bielorrusia, las autoridades han reforzado las vallas, así como la presencia policial y militar a lo largo de la línea fronteriza (418 km)[5]. Recientemente, al igual que Letonia y Lituania, Polonia ha aprobado la construcción de un muro, que comenzará en diciembre de 2021[6].
También hay apoyo militar del extranjero, como el de Gran Bretaña, que envió un equipo de 10 soldados para apoyar a sus colegas en el reconocimiento[7]. Otros países europeos, como la República Checa y Lituania, han ofrecido recientemente ayuda a Polonia[8].
Los vecinos de Bielorrusia disponen de medios diplomáticos para intentar paliar esta crisis migratoria. La OTAN, Estados Unidos y los tres países bálticos (Lituania, Letonia y Estonia) han expresado su apoyo a Polonia[9]. Los gobiernos de Polonia y de los países bálticos han ofrecido ayuda humanitaria a los inmigrantes que permanecen en territorio bielorruso[10].
La crisis migratoria también se inscribe en un contexto puramente geopolítico.
Desde las controvertidas elecciones de 2020, las relaciones entre la UE y Bielorrusia se han deteriorado, con la aplicación de sanciones de la UE a funcionarios bielorrusos[11]. En respuesta, el Presidente Lukashenko ha decidido dejar de detener a los inmigrantes que intentan entrar en Europa a través del territorio bielorruso[12]. Al mismo tiempo, las fuerzas militares bielorrusas y rusas habían organizado varios ejercicios militares a lo largo de la frontera con Polonia y Lituania, como ZAPAD[13]. Poco antes de los enfrentamientos del 15 y 16 de noviembre de 2021 en el paso fronterizo de Kuźnica se realizó un nuevo ejercicio sorpresa[14]. Numerosos testigos de la guardia fronteriza informaron de la presencia de comandos bielorrusos o incluso rusos entre los migrantes, que fueron retenidos como civiles[15]. En varias localidades fronterizas, los policías y militares polacos fueron atacados de diversas maneras: destrucción de vallas, lanzamiento de proyectiles, uso de láseres cegadores[16]etc.
Detrás de la crisis migratoria, asistimos más que nunca a la desinformación y a la presión política y mediática[17]. Los medios de comunicación son cada vez más antipolacos, como demuestra una vez más el caso del presentador Azarionok en la cadena nacional CTV, el equivalente bielorruso de la TF1 francesa o la RTBF/VRT belga[18].
Los incidentes en la frontera polaco-bielorrusa representan, pues, no sólo una crisis migratoria, sino también un nuevo frente geoestratégico entre Rusia y Europa.
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