Inicio > Impacto de la influencia rusa en el compromiso militar de Francia en el Sahel
A pesar de la descolonización, Francia nunca ha dejado de mantener su presencia en África y de conservar una zona de influencia en el continente, frente a la Unión Soviética durante la Guerra Fría, y luego frente a Rusia desde los años 90[1]. Francia también se enfrenta actualmente a la creciente competencia de Turquía y China, en África[2]. Esta rivalidad se ve acelerada por acontecimientos de desestabilización y conflicto (golpes de Estado, yihadismo)[3]. Un ejemplo es Malí, donde los líderes entrenados por Rusia están negociando, al parecer, la llegada de tropas del grupo ruso Wagner[4]. Si Bamako confirma oficialmente estas negociaciones, Francia y sus socios europeos presentes sufrirán mucho, por varias razones.
La creación del grupo Wagner dará más terreno a los rivales de Francia[5]. En este caso, Rusia aumentará su ya importante área de influencia económica y política en África[6]. Argelia, uno de los principales socios de Moscú, ha cerrado su espacio aéreo a los aviones militares franceses, lo que complica el apoyo militar europeo antiyihadista en el Sahel en el marco de la operación Barkhane [7].
En marcha desde 2014, reuniendo a más de 5.000 soldados franceses acompañados de tropas danesas y estonias, la operación no ha servido para que el gobierno de Bamako recupere el control del norte del país, controlado por los yihadistas[8]. Además, ante este fracaso, el presidente francés Macron ha decidido reducir el número de soldados destinados en Malí[9]. Sin embargo, los líderes africanos, incluidos los malienses, seguirán buscando el apoyo militar de otros países, como Turquía, China e incluso Rusia[10]. Francia ve negativamente este cambio de asociación y amenaza con desvincularse. Sin embargo, contribuye a aumentar el papel militar de los rivales de Francia en África, lo que no será sin consecuencias (aumento de la presencia del grupo Wagner en África).
En caso de inacción o reducción en el Sahel contra el grupo Wagner, París se arriesga a perder un aliado clave (Estados Unidos) para garantizar la estabilidad y la seguridad en el Sahel[11]. Además, otros países que participan en la Operación Barkhane, como Estonia, habrían amenazado con retirarse de Malí[12]. A pesar de posibles opciones como el traslado de tropas al vecino Níger, Occidente teme un efecto dominó que podría debilitar a las tropas occidentales en África[13].
En la República Centroafricana, Francia ya había congelado su ayuda presupuestaria y su cooperación militar debido a la implicación militar rusa en Bangui[14]. A pesar de las advertencias de la ministra francesa de las Fuerzas Armadas, Florence Parly, hacia Malí en caso de implicación oficial del grupo Wagner en el país (perdiendo su apoyo internacional) y las palabras tranquilizadoras sobre la presencia militar francesa en el Sahel a toda costa[15]La influencia rusa, ahora creciente, contribuirá a un debilitamiento geopolítico de Francia[16]. También puede agravar las tensiones entre Francia y sus antiguas colonias en África[17].
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