Inicio > Irán, nuevo socio de la alianza chino-rusa contra Occidente
Dushanbe, capital de Tayikistán, 2021. Los países miembros de la OCS (Organización de Cooperación de Shanghai) han aceptado la adhesión de Irán[1]. Como noveno Estado miembro de la organización militar, que incluye no sólo a Rusia y China, sino también a la India, Pakistán y los países de Asia Central (a excepción de Turkmenistán y Afganistán), Irán aumenta su posición y la de la alianza sino-rusa en Oriente Medio[2]. Además, Irán es uno de los países de tránsito de las nuevas Rutas de la Seda, que unen China con Europa a través de Asia Central, Rusia y Oriente Medio[3]. En segundo lugar, Irán ha participado recientemente en varios ejercicios navales en el Océano Índico con Rusia y China[4].
Las actuales sanciones occidentales a Irán han reforzado las relaciones de Teherán con Asia, en detrimento de los países europeos que siguen trabajando para mantener relaciones con Irán[5]. A diferencia de Estados Unidos y Canadá, los países europeos siguen teniendo misiones diplomáticas en Teherán y no han cortado completamente sus relaciones comerciales, a pesar del carácter extraterritorial de las sanciones estadounidenses[6]. La reciente creación del mecanismo INSTEX por parte de Francia, Alemania y Gran Bretaña es una prueba de ello[7]. Varios países europeos, como los del Benelux, Escandinavia y Finlandia, se sumaron posteriormente al mecanismo[8].
Sin embargo, Rusia, China e Irán han aumentado sus asociaciones, no sólo militares sino también económicas[9]. De hecho, la pertenencia a la OCS también permite a Irán acceder a los mercados de otros países miembros y mantener su posición energética en Asia[10]. Los países de la OCS constituyen "no menos de 50 % de la población mundial y más de 20 % del PIB mundial".[11]. Como las asociaciones económicas con China[12]Irán ya ha firmado un tratado de libre comercio con la Unión Económica Euroasiática, formada por Rusia, Bielorrusia y Kazajistán, además de Armenia y Kirguistán[13]. Según las estadísticas, China sigue siendo el mayor socio comercial de Irán (24,8% del comercio total para el año 2019-2020)[14]. En cuanto al comercio entre Irán y los cinco países de la Unión Económica Euroasiática (UEE), las autoridades iraníes han constatado un aumento de 14% en los primeros siete meses del año 2020, con un volumen total de al menos 7 millones de toneladas y un valor total de unos 2.500 millones de dólares[15].
A pesar de las sanciones americanas y europeas, las exportaciones de petróleo iraní no han cesado y los esfuerzos de los países árabes del Golfo (Arabia Saudí) por compensar los efectos de las sanciones occidentales sobre las importaciones de petróleo en algunos países aumentando la producción de petróleo han encontrado numerosos límites y obstáculos, como las consecuencias del conflicto yemení sobre la seguridad de las infraestructuras petroleras (sabotajes, ataques de drones)[16]. Incluso Qatar había mantenido sus relaciones con Irán durante el embargo 2017-2021, por razones energéticas y estratégicas (campos de gas en el Golfo compartidos con Irán, fronteras con los países árabes vecinos cerradas)[17].
Finalmente, en respuesta al despliegue militar estadounidense en Asia y Europa, Rusia y China ven a Irán como un nuevo socio para mantener una zona de influencia frente a sus rivales occidentales (Estados Unidos, la OTAN,...), así como para proteger a sus aliados comunes (caso de Siria)[18]. La adhesión de Irán a la OCS no hace sino confirmar una alianza Rusia-China-Irán que se impondrá militar y económicamente contra Occidente, no sólo en el Golfo, sino también en el Océano Índico, el Mar de China e incluso en Europa.
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